EE UU entra por Internet en Cuba
11 de abril de 2016
En el fabulario del conflicto cubano-estadounidense, la victoria del lado americano siempre se imaginó como un McDonald’s abriendo en La Habana. Pero esa simbología, como el diferendo, está vieja. Los nuevos iconos de la nación más poderosa no son las hamburguesas del histriónico payaso pelirrojo, sino la manzana de Apple o las letras de colores de Google. Y esas letras lucen en La Habana desde el 21 de marzo, cuando durante la visita de Obama el hombre de Google para Cuba, Brett Perlmutter, y el artista habanero Kcho inauguraron en el museo comunitario de Kcho un pequeño centro tecnológico con productos de la compañía para que los vecinos del barrio naveguen por la Red.
Google, en primera línea de salida para la tarea de extender por la isla el acceso a Internet —aunque la china Huawei lleva tiempo en Cuba—, simboliza la llegada del empresariado estadounidense. No un desembarco, como diría el lenguaje de la Guerra Fría, sino un amerizaje suave, que no asuste al huésped. El Gobierno cubano, dentro de lo que permitan las urgencias sociales, pretende conducir con pausa la entrada de capital del antiguo enemigo, o como ha dicho diplomáticamente Ben Rodhes, asesor de Obama, “la escala de la apertura”...